Su amor por la cepa emblema

Muchos deben conocer la historia de este italiano, nacido en la Toscana, que como enólogo llega a la Argentina a principio de los ’90, para convertirse en uno de los principales motores que llevan a nuestro Malbec a su reconocimiento mundial.

Considerado uno de los grandes enólogos a nivel global, Attilio Pagli tuvo la gentileza de dialogar con Vanguarvid y contarnos su visión sobre el cepaja emblemático argentino.

– ¿Cómo era, para usted, la vitivinicultura argentina hace 30 años?

Cuando llegué a Mendoza por primera vez en 1993 era todo muy extraño para mí.  Los vinos eran demasiado “oxidativos”, el uso de la madera era totalmente diferente a lo que pasaba en el mundo en aquel momento. Incluso, no había un conocimiento de lo que estaba pasando en el mundo. Pero sí había una gran curiosidad y deseo de aprender. Por eso en 4 años cambió todo. Ya en el ’97, los vinos eran de nivel internacional, había muchas inversiones en conocimiento, en tecnología y en desarrollo de marca. Un cambio tan rápido nunca lo había visto antes.

– ¿Y cómo ve ahora nuestra industria y nuestros vinos?

En este momento, los vinos argentinos son reconocidos a nivel mundial y siguen siendo muy interesantes para el consumidor. Creo que ahora Argentina necesita de un escalón más, salir solo de la cepa: Malbec, Bonarda, Torrontes… y enfocarse cada vez más en el terroir, en la denominación, en el origen. El mundo quiere más a los vinos de la pequeña parcela, quiere saber la característica del suelo, se interesa por el microclima, en una palabra, busca el terroir.

– ¿Cuáles son las similitudes y diferencias de elaborar vinos en Argentina y hacer vinos en Italia?

Son muchas más las similitudes que las diferencias. A la hora de elaborar hay que poner atención a guardar, a conservar lo más que se puede la fruta original y la personalidad del terroir. Eso es igual en Italia, en Argentina, en Chile…

– ¿Cómo describiría aquellos primeros Malbec (los que descubrió hace 30 años)?

Su fruta era sorprendente, con taninos redondos. La verdad que la cantidad de fruta roja era enorme. El color intenso y brillante. Tenía todas las características que, en aquel momento, el mercado estaba buscando y que no eran tan fáciles de encontrar en el Viejo Mundo.

– ¿Cómo evalúa la evolución de este cepaje y de los vinos Malbec que hoy produce Argentina?

Como decía antes, creo que la época de la cepa (Malbec, Bonarda y todas las demás) se va terminando, porque el cepaje se puede producir en muchas localidades. Hoy hay que apuntar a comunicar y demostrar la verdad del terroir: Altamira, Las Compuertas, Cafayate o Rio Negro son lugares que hasta ahora los conocemos nosotros. Tenemos que hacerlos crecer y llegar a ser lo importante de Argentina.

– ¿Qué cree que aprecia el consumidor del mundo de nuestros Malbec?

El Malbec gusta por su color intenso, su tanino redondo y su fruta intensa; pero todo esto tiene que evolucionar hacia vinos de personalidad, de complejidad. En una palabra, tenemos que llegar a producir vinos únicos que sean los testigos de la gran diversidad del país, de sus lugares y de su gente.

– ¿Cómo es el Malbec que le gusta a Attilio Pagli como consumidor?

Lo que me gusta a mí es el Malbec con acidez, mineralidad, complejo; que tenga fruta, especias, que sea más complejo y un poco menos enfocado en la juventud. Me gustan los vinos que hay que esperarlos en su evolución, con notas terciarias más marcadas.

– ¿Lo consume habitualmente?

¡No cuanto me gustaría!

– ¿Con qué prefiere maridarlo?

No soy un fanático del maridaje, claro que la carne es su pareja elegida. Pero me gusta muchísimo con pastas y también con pescado bien elaborado.

– ¿Prefiere Malbec 100% o en blends?

Prefiero los vinos buenos que me dejan sensaciones, emociones, no me importa si es 100% varietal o Blend.

– ¿Qué cepaje considera que va bien con el Malbec para cortes?

Todos y nadie. Depende de lo que se busca y de lo que tiene para dar el terroir donde estás.

¡¡¡Gracias Attilio Pagli por ser parte de la comunidad de Vanguarvid!!!