Entrevistamos a Caterina Viña.

Si pensamos en Uruguay puede venir a nuestra mente: Montevideo, Punta del Este, la “Celeste”, hasta una murga puede recordarnos a los charrúas. Pero también tienen un vino que los identifica. Son el país del Tannat.

Con una historia parecida a la del Malbec argentino, esta variedad originaria del sudoeste francés (Madirán) llegó a Uruguay de la mano de don Pascual Harriague, y encontró en los suelos arcillosos y la brisa atlántica condiciones ideales para afincarse. Y se quedó. Se quedó para convertirse en la bandera que ha impulsado la vitivinicultura uruguaya al mundo entero.

Como siempre, en cada efeméride Vanguarvid busca un referente para conversar sobre el cepaje que está de fiesta, para celebrarlo como merece.

Caterina Viña es enóloga y uruguaya. Dos atributos que nos llevaron a elegirla como nuestra entrevistada en el día del Tannat.

  • ¿Qué representa el Tannat para la vitivinicultura uruguaya?

Es una variedad buque insignia, la que nos representa como país. Si bien no tenemos una cepa originaria, americana, el Tannat es la cepa más difundida, la más plantada en Uruguay.

  • ¿Qué ha significado el Tannat en tu vida como enóloga?

A este varietal me gusta mirarlo en perspectiva. Porque al Tannat lo vimos, al principio, elaborado como un vino simple -que es lo que siempre deberíamos hacer-, y luego empezamos a descubrir su astringencia, la gran cantidad de taninos. Y el pobre Tannat se vio expuesto, desmaquillado, se hacían maceraciones muy largas y casi lo convertimos en un vino imposible de tomar. Ahora, por suerte, hemos vuelto a un Tannat elegante, con una maceración adecuada, con guarda en madera, e incluso -en buenos años cuando la uva madura perfectamente- hasta nos permitimos sacar unos excelentes Tannat sin madera. Esta cepa nos acompañó en el desafío profesional de la enología, aprendimos de su mano, lo agarramos, lo soltamos, nos subimos a las modas y hoy, que ya nos conocemos mejor, logrando ejemplares excepcionales que enamoran a consumidores de todo el mundo.

  • ¿Por qué esta cepa de origen europeo logró tan buena adaptación en Uruguay?

Su lugar de origen, el sur francés, tiene influencia atlántica y es una zona fría. Creo que por eso le sentó bien nuestro terruño. Como país, caracterizado por su clima húmedo, observamos que muchas variedades de zonas frías logran una excelente adaptación. Los albariños y muchos vinos blancos, se expresan muy bien por nuestras condiciones climáticas frescas.

  • ¿Cómo describirías al Tannat uruguayo? ¿Por qué enamoran al mundo?

El Tannat es una variedad que ya en su nombre te está avisando que tiene un contenido de taninos alto. Y en nuestro clima fresco, además, se presenta con una importante acidez. Tienen un buen nervio por la acidez, son vinos muy vivos, frescos, y que prefieren beberse acompañados. Podés tomarlos solos, pero van mucho mejor con la comida.

  • ¿Qué pensás que diría o sentiría Don Pascual Harriague a partir de los logros del Tannat?

Me parece que estaría muy orgulloso con el lugar al que llegó el Tannat. Pero también estaría muy triste porque le sacamos su nombre (*), quizás se lo deberíamos haber mantenido. En la historia del Tannat en Uruguay hubo distintos momentos, algunos de gran difusión, sobre todo cuando se hicieron todos los estudios, se redescubrió la variedad y se volvió a implantar, logrando concentrar la mayor superficie cultivada con esta cepa en el mundo.

(*) Durante años, los uruguayos llamaron Harriague al Tannat, en honor a su precursor, quien introdujo el cepaje en 1870. 

  • ¿Conocés Tannat de otros lugares del mundo? ¿Qué opinión te merecen?

Argentina tiene Tannat muy lindos, muy ricos. Y lo que más me ha sorprendido son los Tannat de Bolivia, que son espectaculares. Basta con decir que en nuestro concurso “Tannat al mundo”, el mejor fue un Tannat boliviano. Realmente, muy bueno.

  • ¿Qué se viene para el Tannat en Uruguay? ¿Tiene conquistas pendientes?

Le falta hacerse entender por el mundo. No es una variedad tan fácil de tomar. Y necesitamos acercarla a la gente, pero con una explicación. No es un vino que se pueda entender con solo probar una copa. Hay que recomendarlo junto con la comida porque son vinos de mucha estructura. Es poco probable que lo imaginemos solo, siempre va mejor acompañado.

  • Y entonces, ¿es una excelente compañía para un blend?

Sí, por supuesto. Acá en Uruguay el clásico es Tannat-Merlot. El Merlot es elegante, los aromas son más florales y el Tannat le aporta esos aromas más especiados, más fuertes.

Antes de concluir la entrevista, Caterina nos hizo la siguiente invitación: compren un Tannat argentino, no será igual al uruguayo, pero este 14 de abril elijan Tannat para brindar”.

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