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Para conmemorar el Día de la Mujer, en Vanguarvid tuvimos la dicha y el honor de poder entrevistar a una de las máximas referentes de nuestra vitivinicultura, quien accedió a una charla franca y generosa que la muestra como una mujer simple y profunda, con las mismas preocupaciones de sus pares y con una visión que la ubica como una figura de incalculable valor para el vino argentino.

Dos mujeres en su vida

Es de imaginar que una mujer como Laura Catena tiene referentes femeninos fuertes, figuras que inspiraron su rumbo. Así recuerda a su abuela Ángelica y pondera a su mamá Elena.

“A mi abuela Angelica no la conocí. Ella era la directora de la escuela local. Y les inculcó a mi papá y a sus hermanos que, con una buena educación, con gran esfuerzo, sobre todo con el estudio, se podía llegar a cualquier lugar en la vida. Ella creía que era una obligación de todas las personas, de todos los argentinos, ayudar a los demás a adquirir una buena educación. Esa es una influencia muy importante para nosotros, porque en Catena tenemos muchas personas que hacen work-study, hay personas que empezaron como jóvenes de un pueblo, que ahora están haciendo un doctorado. Creemos todavía en la visión de Ángelica”, expresa con orgullosa convicción.

Al llegar el turno de hablar de Elena, su mamá, Laura es contundente: “ella es una persona extremadamente aventurera e interesada en miles de cosas, desde el arte, la ciencia, a ella todo le interesa. Y mi papá, que es una persona super culta y super innovadora en el negocio, es más bien miedoso”, dice sin evitar una pequeña risa. “Y gracias a mi madre pude viajar, de joven, por todo el mundo. Viajé a África cuando era muy jovencita. Y mi padre no quería que fuera, pero mi madre lo convencía de que me dejara ir y creo que todas estas experiencias de vivir en tantos lugares y ver el mundo, hoy me ayudan, porque nuestros vinos se venden en tantos lugares y entonces esas culturas tan diversas no me resultan desconocidas. Eso le agradezco a mi madre, poder controlar sus miedos y ayudar a controlar los miedos de mi padre”.

“Decidir en qué te querés sacar un 10”

Laura Catena tiene un perfil diverso, complejo y fascinante. Es hija de Nicolás Catena, cuarta generación de viticultores. Y, además, es Bióloga egresada de Harvard y Doctora en Medicina (recibida en Stanford). Laura también es escritora, esposa y madre de tres hijos. Creó y dirige el Catena Wine Institute. Reparte su vida en dos países: ejerce su profesión como médica de emergencias, en San Francisco, Estados Unidos. Y en Argentina tiene a su cargo la dirección general de la Bodega Catena Zapata; junto con su proyecto personal Luca Wines. Es una embajadora activa del vino argentino y una mujer que nos cuenta cómo hace para armonizar tantos roles en su vida.

“Diría que no creo que lo haga del todo bien, tengo tantos momentos de estrés cuando los niños eran chiquitos. Recuerdo cuando mi hija de 3 años andaba en tacos, se cayó y se partió el labio, y siendo médica de emergencias sabía que ese corte de labio podía dejar una cicatriz muy fea. Cosas que nos pasan a todos los padres y que son difíciles cuando una está lejos o se encuentra viajando, como me ha tocado a mí. Pero diría que la técnica es decidir en qué te querés sacar un 10 y en qué tenés que aceptar que no te vaya muy bien. Por ejemplo: no tengo gran orgullo en el aspecto de mi casa, soy bastante desordenada. En términos de la cocina, solía ser muy buena cocinera, ahora soy bastante mediocre y aunque soy una mala tenista, igual juego al tenis. Creo que como médica, me esfuerzo porque eso tiene que ser un 10 siempre. Y hacer un gran vino, tiene que ser un 10. Pero a veces hay que perdonarse… tengo muchas historias de haberme equivocado. Por eso, una de las técnicas es aprender a perdonarse, pero aspirar a un 10 en las cosas más importantes y saber cómo distinguir lo importante de aquello que no lo es tanto”, se sincera Laura.

Laura at home in SFO

Más allá de los estereotipos

¿Te molesta, te gusta o te es indiferente que pongan el foco en el tema del género cuando te entrevistan?, fue una de las preguntas que nos animamos a hacerle a Laura Catena; y así nos respondió: “El género es importante, sobre todo en la generación mía que experimentó tantos cambios. Cuando empecé había muy pocas mujeres en el mundo del vino. Pero muchas en medicina, por ejemplo, que fue mi primera profesión. El género marca la vida de ciertas formas, pero lo importante es no caer en los estereotipos. Para mí un gran mundo futuro es donde los hombres puedan ejercer roles estereotípicamente femeninos y las mujeres hacer cosas muy asociadas a los estereotipos masculinos. Y esto que parece tan básico, es algo que todavía lo estamos trabajando. Antes me molestaba un poco que me invitaran a un panel porque necesitaban una mujer. Hoy, estoy convencida que la discusión de los temas es importante que se haga entre hombres y mujeres, que haya mujeres presentes en altos mandos, que participemos en paneles para que otras mujeres y también los varones vean un mundo diverso”.

Y cuando avanzamos sobre cómo es la realidad de las mujeres en Estados Unidos en comparación con la Argentina, Laura asegura que, si bien es muy diferente Estados Unidos, no cree que haya más oportunidades para las mujeres. “Creo que Argentina es un país que ha progresado más rápido en muchas áreas respecto a los Estados Unidos. En nuestra bodega tenemos muchísimas mujeres en altos mandos y los hombres se adaptan muy bien a trabajar con mujeres”. La doctora Catena va más allá con su pensamiento y argumenta su postura agregando: “creo que en Argentina es más aceptable que un hombre diga algo machista o que se digan cosas que no sería apropiado decirlas en otros países, pero en mi opinión, la gente las tiene que decir para que pueda surgir una discusión, para que haya un debate y creo que, a veces, en Estados Unidos hay tanto miedo de hablar de ciertos temas, que no se debate, no se discute y, por ende, no se progresa. Algo que me gusta de Argentina es que la gente se anima a hablar de temas controversiales, de género, de muchas cosas y eso me encanta de mi país”.

Una científica imparable

A estas alturas de la nota, todos han de coincidir que Laura Catena tiene una carrera impresionante y una energía ilimitada. En su rol como científica -recuerden que es la directora del Catena Wine Institute-, asegura que hay temas que la desvelan. “Lo que me obsesiona es la diversidad genética de la vid, de las selecciones masales que tenemos en la Argentina que son únicas, no solo de Malbec, también de Cabernet Sauvignon, de Chardonnay, de Bonarda, de Criollas. Hoy hay mucha menos diversidad en Europa, porque se “clonificó” el mundo de la vid”. Y agrega con el mismo tono apasionado: “también me obsesiona el tema de preservar los ecosistemas locales. Entender que uno tiene que estudiar su propio ecosistema, y por eso cada bodega, no importa el tamaño, tiene que hacer investigación, sabiendo que cada viñedo es un lugar único”.

Somos familia

Piensa, repite la pregunta y lanza una risita: “el Malbec es como… -busca la palabra- es familiar”. Su bisabuelo lo plantó en 1902 cuando vino de Italia; y su padre fue quien puso el Malbec de calidad en el mundo, iniciando así la gran historia de nuestro varietal emblema a nivel global. Luego, alcanzaron la gloria con el Malbec Adrianna, primer vino en obtener los 100 puntos Parker. “El Malbec es la bandera y también el orgullo. Es muy rico y tiene mucho para dar. Entonces cuando la gente me pregunta qué viene después del Malbec… yo les digo si le preguntarían a alguien ‘qué viene después del chocolate’, ‘qué viene después del mate’, ‘qué viene después del té’… son todos sabores ricos e importantes en nuestras vidas, que llegan y están para quedarse”.

El ping pong final

  • Sobre la experiencia de escribir Malbec Mon Amour: “Fue muy divertido. Hubo muchos ‘ires y venires’. Fue una conversación con Alejandro, de mucha colaboración y con momentos muy divertidos, sobre todo cuando nos íbamos hacia el pasado y recordábamos viejas épocas. También disfruté mucho trabajar con los ilustradores, toda la parte geológica, el maridaje con arte y música… Realmente muy divertido”.
  • ¿La Argentina añejable tiene un futuro? “Definitivamente. Hacemos grandes vinos, sobre todo por la altura, que nos aporta una acidez natural y con mucha concentración por la intensidad solar. Creo que el Valle de Uco es el paraíso del vino”.
  • Hay algún nuevo libro en el tintero… “Sí, pero no les puedo contar”.
  • Sobre el cambio climático y la problemática del agua: Me preocupa mucho el cambio climático. Estamos plantando en otras zonas, en otras provincias y en Mendoza tenemos un estudiante que está haciendo un doctorado sobre el agua, para ver qué podemos hacer para ayudar, para conservar el agua en Mendoza”
  • Nuevos terruños a explorar: “Sí, hay otros terruños, algunos de altura. Estamos en La Rioja, Patagonia, Salta y estamos trabajando con el equipo del Catena Institute para entenderlos, con estudios que llevan mínimamente 10 años y estamos experimentando mucho”.